Día raro, raro, raro.



Hoy 30 de Octubre hace un calor que parece que estemos en pleno verano. Hemos sacado a los perros a pasear y creo que me he quemado un poco con el sol; noto la cara un poco tirante, así que tendré que echar mano a mis apreciados Alóes para arrancarle a alguno un poco de sabia...
Se me hace extraño que, llegados a este día, no esté trabajando con flores hasta las cejas, haciendo jardineras para el cementerio una tras otra... No sé, quizá tendría que acostumbrarme a que probablemente no volveré a trabajar en una floristería en mi vida, pero se me hace raro. Al igual que se me hace raro que haga tanto calor en casi Noviembre.
No echo de menos el frío: me encanta tener esta agradable temperatura tropical durante todo el año. Tomando el sol en la terraza o desayunando mirando al apacible Mar Mediterráneo, brillando como si fuera un espejo de plata pulida...
Al igual que tampoco echaría de menos trabajar en una floristería si pudiera trabajar la flor de vez en cuando, hacer un centro o un ramo, sólo por el simple placer de hacerlo. Pero claro, es complicado cuando no tienes un duro, ni siquiera para comprar lo más básico. Mucho menos para gastarlo en flores.
Lo que sí echaría de menos es sentarme con un papel y un bolígrafo, o con mi ordenador y, tranquilamente, ponerme a escribir: una historia, una poesía, un pensamiento...
¿Será que es eso lo que me gusta? ¿Será que, por más vueltas que le dé y por más que intente ser otra cosa, siempre acabo siendo lo que no soy, escritora? Hummm, hoy es uno de esos días raros, raros, raros...


LOS TOP TEN DE ESTE BLOG