¿Os habéis fijado en que cada momento clave de nuestra vida tiene una música en especial? Si, es esa música que se escuchaba en aquella época o en aquel determinado momento. Y cada vez que escuchamos éste tema o alguno parecido, nos traslada en el tiempo hasta aquel preciso instante.
Ahora mismo la banda sonora de mi vida es el tema de David Guetta, Dangerous. No para de salir por la radio que nos ponen en el almacén y, aunque no lo escucho nunca demasiado bien por el ruido de las máquinas, no para de sonar en mi cabeza. He de confesar que me gusta el violín de la cancioncilla pegadiza en cuestión. Por si alguien no sabe de cual canción estoy hablando, aquí le pongo el enlace al Youtube del vídeo traducido al castellano, para enterarnos todos.
Otro momento reciente de mi vida fue el año pasado, cuando trabajaba en otro almacén. Tenía que recorrer un largo camino para llegar al trabajo, de más de una hora de distancia en coche. Ahí, casi a diario, escuchábamos en la radio todos los días esta cancioncilla de Miley Cyrus. Es bonita y pegadiza, y al final me la acabé aprendiendo (más o menos chapurreada en inglés) porque me parece fácil de cantar. Luego me tiraba el día canturreando a Miley, lo cual no entonaba demasiado con mis camisetas de Iron Maiden, en fin... soy así de rara.
Cuando era adolescente,(O niña, depende lo mires), una canción que me definía mucho era la de REM, Losing my religion. No sabía exáctamente lo que significaba, pero las cuatro palabras que entendía definían perfectamente cómo era mi vida entonces, lo que me ocurría y lo que pensaba. Me sentía un cero a la izquierda, sin derechos ni a tener en cuenta; alguien sin voz ni voto en mi propia vida, obligada a hacer cosas que no quería y a tener una religión en la que no creía. Ahí, sentada en el rincón, con miedo de hablar demasiado.... Aquí os la dejo para que reflexioneis, si queréis.
Cuando fui al instituto duré poco tiempo. Me sentía perdida y ausente. No me gustaba y no conocía a nadie. Para mí era un problema incluso coger el bus, porque no veía bien a la gente que se subía, no conocía a los que se suponían que se subían conmigo. Todo era demasiado rápido y confuso, hasta que me cansé y dejé de ir.Os parecerá una tontería, pero para mi no ver bien era un grave problema. Siempre ha condicionado mucho mi vida y la forma de relacionarme con el resto del mundo.Aún así recuerdo algunas cosas buenas, como la clase de mecanografía.Era tediosa y deprimente, pero a mi lado se sentaba un chico que me gustaba. No me hacía ningún caso (Aunque en alguna ocasión logré vencer mi timidez y hablar un poco con él) pero sin éxito ninguno, vamos. De todas formas, en la clase de mecanografía siempre nos ponían la radio, y de aquella salía hasta la saciedad esta cancioncilla en particular.
Bueno, otro día seguiremos hablando de la música que ha acompañado mi vida en los grandes momentos, porque es un tema interesante y que da para rato, ¿Verdad? Gracias por compartir conmigo estos recuerdos.
Ahora mismo la banda sonora de mi vida es el tema de David Guetta, Dangerous. No para de salir por la radio que nos ponen en el almacén y, aunque no lo escucho nunca demasiado bien por el ruido de las máquinas, no para de sonar en mi cabeza. He de confesar que me gusta el violín de la cancioncilla pegadiza en cuestión. Por si alguien no sabe de cual canción estoy hablando, aquí le pongo el enlace al Youtube del vídeo traducido al castellano, para enterarnos todos.
Otro momento reciente de mi vida fue el año pasado, cuando trabajaba en otro almacén. Tenía que recorrer un largo camino para llegar al trabajo, de más de una hora de distancia en coche. Ahí, casi a diario, escuchábamos en la radio todos los días esta cancioncilla de Miley Cyrus. Es bonita y pegadiza, y al final me la acabé aprendiendo (más o menos chapurreada en inglés) porque me parece fácil de cantar. Luego me tiraba el día canturreando a Miley, lo cual no entonaba demasiado con mis camisetas de Iron Maiden, en fin... soy así de rara.
Cuando era adolescente,(O niña, depende lo mires), una canción que me definía mucho era la de REM, Losing my religion. No sabía exáctamente lo que significaba, pero las cuatro palabras que entendía definían perfectamente cómo era mi vida entonces, lo que me ocurría y lo que pensaba. Me sentía un cero a la izquierda, sin derechos ni a tener en cuenta; alguien sin voz ni voto en mi propia vida, obligada a hacer cosas que no quería y a tener una religión en la que no creía. Ahí, sentada en el rincón, con miedo de hablar demasiado.... Aquí os la dejo para que reflexioneis, si queréis.
Cuando fui al instituto duré poco tiempo. Me sentía perdida y ausente. No me gustaba y no conocía a nadie. Para mí era un problema incluso coger el bus, porque no veía bien a la gente que se subía, no conocía a los que se suponían que se subían conmigo. Todo era demasiado rápido y confuso, hasta que me cansé y dejé de ir.Os parecerá una tontería, pero para mi no ver bien era un grave problema. Siempre ha condicionado mucho mi vida y la forma de relacionarme con el resto del mundo.Aún así recuerdo algunas cosas buenas, como la clase de mecanografía.Era tediosa y deprimente, pero a mi lado se sentaba un chico que me gustaba. No me hacía ningún caso (Aunque en alguna ocasión logré vencer mi timidez y hablar un poco con él) pero sin éxito ninguno, vamos. De todas formas, en la clase de mecanografía siempre nos ponían la radio, y de aquella salía hasta la saciedad esta cancioncilla en particular.
Bueno, otro día seguiremos hablando de la música que ha acompañado mi vida en los grandes momentos, porque es un tema interesante y que da para rato, ¿Verdad? Gracias por compartir conmigo estos recuerdos.