Descubriendo a Hathor: La diosa del amor y la fuerza en el Antiguo Egipto
¡Hola, lectores! Hoy vamos a sumergirnos en el fascinante mundo de la mitología egipcia para hablar de una de las diosas más queridas y multifacéticas del Antiguo Egipto: Hathor. Esta diosa, con su mezcla de dulzura y poder, era una figura central en la vida y la espiritualidad de los egipcios. Vamos a explorar su mitología, sus templos, su papel en la sociedad y, de paso, os contaré cómo aparece en mi libro Mujeres en el Antiguo Egipto: Guardianas de un legado milenario, que podéis encontrar en Amazon online. ¡Preparad un té o un café, que esto se pone interesante!
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LA DIOSA HATHOR REPRESENTADA CON CUERNOS DE VACA |
¿Quién era Hathor? Un poco de su mitología
Hathor era una diosa que lo tenía todo: amor, música, danza, maternidad, alegría y, cuando se enfadaba, un lado feroz que mejor no provocar. En la mitología egipcia, se la consideraba hija de Ra, el dios sol, y estaba asociada con el cielo, la fertilidad y la protección. Su nombre significa “Casa de Horus”, lo que refleja su conexión con Horus, el dios halcón, a quien a veces se la veía como madre o esposa.
Hathor también era la patrona de las mujeres, los partos y el amor. Se la invocaba para proteger a las embarazadas y a los recién nacidos, y su imagen aparecía en amuletos y espejos, objetos cotidianos que simbolizaban belleza y cuidado. En los banquetes, su presencia inspiraba música y danza, y los egipcios la adoraban con cánticos y ofrendas para atraer alegría a sus vidas.
Templos dedicados a Hathor: Lugares de devoción y arte
Hathor tenía templos por todo Egipto, pero el más famoso es el Templo de Dendera, en el Alto Egipto, uno de los mejor conservados de la antigüedad. Este lugar era un centro de culto vibrante, con sacerdotisas que dirigían rituales, danzas y ofrendas en honor a la diosa. El templo está lleno de relieves que muestran a Hathor con sus características icónicas: una mujer con cuernos de vaca sosteniendo un disco solar o con un tocado de sistro, un instrumento musical que simbolizaba su conexión con la alegría. La sala hipóstila de Dendera, con sus columnas talladas, es una maravilla, y el famoso “Zodíaco de Dendera” (una representación astronómica) da pistas sobre su relación con el cosmos.
Otro lugar importante era el Templo de Philae, donde Hathor compartía espacio con Isis, otra diosa poderosa a la cual ya dedicamos otro post anterior. Aquí, las mujeres acudían a pedir fertilidad o protección durante el parto. También se la veneraba en Deir el-Bahari, cerca del templo de Hatshepsut, (reina de quien también hemos hablado anteriormente) donde Hathor tenía un santuario propio. Estos templos no eran solo lugares de culto, sino también centros sociales donde las mujeres, en particular, participaban activamente como sacerdotisas, cantoras o devotas, tejiendo lazos comunitarios.
El papel de Hathor en la sociedad egipcia
Hathor era mucho más que una diosa en el panteón egipcio; era una presencia cotidiana. Las mujeres la veían como un modelo de feminidad, maternidad y fortaleza. En los partos, las parteras invocaban su protección, y en las fiestas, su espíritu animaba las danzas y los cantos. Como diosa de la música, inspiraba a las mujeres que tocaban el sistro o el arpa en ceremonias religiosas, un rol que les daba prestigio en la comunidad.
En el ámbito religioso, las sacerdotisas de Hathor tenían un estatus elevado. Estas mujeres, a menudo de familias nobles, dirigían rituales y gestionaban las riquezas de los templos, lo que les otorgaba poder económico y político. Hathor también estaba vinculada a la muerte: en su forma de “Señora del Oeste”, guiaba a las almas al más allá, ofreciendo consuelo a quienes enfrentaban el duelo.
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DIOSA HATHOR EN EL DUAT |
En la vida diaria, Hathor influía en la estética y la cultura. Los espejos, peines y frascos de cosméticos solían llevar su imagen, recordando a las mujeres su belleza y su conexión con lo divino. Su culto no solo era espiritual, sino también una celebración de la vida, el amor y la creatividad, valores que resonaban profundamente en la sociedad egipcia.
Hathor en Mujeres en el Antiguo Egipto
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Si os ha picado la curiosidad por Hathor y su impacto en la vida de las mujeres egipcias, os invito a leer mi libro Mujeres en el Antiguo Egipto: Guardianas de un legado milenario, publicado por Octograma Ediciones (2024). Está disponible en Amazon, y es una inmersión profunda en cómo las mujeres moldearon esta civilización milenaria. Hathor aparece en varias secciones, pero quiero destacar un momento especial:
Página 112: En el apartado sobre las creencias religiosas y rituales en torno al río Nilo, se menciona la conexión de Hathor con Isis y su papel en la maternidad y el amor maternal. Aquí se explica cómo las mujeres, inspiradas por Hathor, participaban en rituales que celebraban la fertilidad y la vida, especialmente durante los festivales del Nilo. Un detalle curioso: las sacerdotisas de Hathor usaban sistros en las procesiones, y el sonido de estos instrumentos se creía que ahuyentaba a los espíritus malignos, creando un ambiente de alegría y protección.
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La relación entre Hathor, Sekhmet y Bastet puede ser un poco confusa porque en la mitología egipcia las deidades a menudo se mezclan, comparten atributos o se transforman unas en otras, dependiendo del mito o la región. Vamos a aclararlo de forma sencilla:
- Hathor y Sekhmet: Hathor y Sekhmet no son la misma diosa, pero están conectadas en algunos mitos. Hathor, la diosa del amor, la música, la danza y la maternidad, tiene un lado feroz que se manifiesta como Sekhmet, la diosa leona de la guerra y la destrucción. En el mito del castigo de Ra a la humanidad (que mencioné en la entrada del blog), Ra envía a Hathor para castigar a los humanos, pero ella se transforma en Sekhmet, una leona sanguinaria. Cuando Ra quiere detener la masacre, engaña a Sekhmet con cerveza teñida de rojo, y al calmarse, ella "vuelve" a ser Hathor. Este relato muestra a Hathor y Sekhmet como dos aspectos de una misma fuerza divina: Hathor es la faceta amorosa y protectora, mientras que Sekhmet es la destructiva. En algunos contextos, se las trata como diosas separadas, pero en este mito son como dos caras de la misma moneda.
- Bastet y Sekhmet: Bastet, la diosa gata asociada con la protección, el hogar y el placer, también tiene vínculos con Sekhmet, pero no es lo mismo que Hathor. Bastet y Sekhmet comparten una conexión felina, ya que Sekhmet es representada como una leona (un felino salvaje) y Bastet como una gata doméstica (más suave y protectora). En algunos mitos y regiones, especialmente en el Bajo Egipto, Bastet se consideraba una versión más benigna de Sekhmet. Por ejemplo, mientras Sekhmet era temida por su furia guerrera, Bastet era adorada como una protectora del hogar y de las mujeres, especialmente en su culto en Bubastis. Algunos estudiosos sugieren que Bastet evolucionó como una contraparte más amable de Sekhmet, pero no hay un mito específico que las una de la misma forma que Hathor y Sekhmet.
Un último pensamiento
Hathor no era solo una diosa en el cielo; era una fuerza que vivía en los corazones de las mujeres egipcias. Desde los templos de Dendera hasta las aldeas junto al Nilo, su presencia inspiraba amor, creatividad y valentía. Espero que esta entrada os haya acercado a su magia y os anime a descubrir más sobre las mujeres que la veneraban en mi libro Mujeres en el Antiguo Egipto. Si lo leéis, contadme qué os parece, ¡y no olvidéis compartir esta entrada si os ha gustado!
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